30 de marzo de 2023
Sananda – Cómo ver los desafíos
¡Queridos hijos e hijas del planeta tierra! ¡YO SOY SANANDA!
Mi corazón se llena de alegría cada vez que puedo estar aquí para reunirme con todos ustedes.
Me veo sentado en la cima de la montaña con todos ustedes en la tierra y escuchando mis palabras. La diferencia es que mis palabras no se las lleva el viento hoy.
Hoy tu mente y tu corazón son capaces de escuchar, absorber y comprender lo que estoy diciendo. Y lo que tengo que deciros hoy: ¡Tened valor, tenéis que tener valor!
Cada uno de ustedes, por su propia elección, recorre un camino que los lleva a la luz, que los lleva a la ascensión a la quinta dimensión, o al menos eso es lo que pretenden hacer.
¿Este camino estará siempre lleno de flores, agradable, con una cálida y suave brisa y animales para hacerte compañía?
Lamentablemente te diría que no, este camino a veces se convierte en todo eso a medida que asciendes. Cuando tu corazón está feliz, estás lleno de alegría y miras el mundo que te rodea con amor y paciencia, entonces creas y recorres ese camino. Y con cada imagen, cada escena, se vuelve más placentero y el camino se vuelve más y más hermoso y pacífico.
Pero también están esos momentos en los que tu entorno te sacude, en los que llaman a tu puerta y tienes que abrir. Y luego, mientras miras la plétora de problemas, tu vibración cae, tus pensamientos caen. Inmediatamente el camino que era tan florido y hermoso se convierte en un camino pedregoso, seco, caluroso e incómodo.
Entonces surge la gran pregunta: ¿Qué hacer? «¡Oh, simplemente olvidaré todo lo que me rodea y me concentraré en mi camino!»
Puedes hacer eso, pero ¿será bueno para las personas que te rodean? Si simplemente dejas de lado todos los problemas, te enfocas en tu hermoso y maravilloso mundo y lo dejas todo sin preocuparte por cómo será, ¿es esa una buena opción?
Yo diría que así es como se ve en la mente de muchas personas. Porque ya están cansados, ya están… diría incluso agotados por todo lo que les rodea. Pero desafortunadamente tengo que decirte que el camino aún no ha terminado, todavía estás construyendo el camino.
Incluso si te aíslas, te vuelves ermitaño y meditas las 24 horas del día, llegará un momento en que ese camino dejará de florecer y de alguna manera te arrojará de vuelta al mundo por no haberlo aprendido todo.
Entonces esto es una ilusión: retirarse de los problemas, pensar que meditar todo el tiempo, aislarse y no querer involucrarse es la solución. Desafortunadamente no lo es. Debido a que no puedes durar mucho en este maravilloso camino, tu viaje aún no ha terminado, tu viaje continúa. Así que solo tienes que vivir cada punto, vivir lo que te muestra tu entorno.
Por eso les vuelvo a decir:
sabemos que muchos están cansados, que el camino no ha sido fácil y que ha sido un gran desafío. Pero, ¿qué les podemos decir? Solo confíe en que llegará un momento en que todos estos desafíos terminarán. Y entonces tendréis todo el tiempo del mundo para vivir este camino, iluminado, floreciente, fragante, lleno de luz y de alegría.
Ya no tendrás que mirar a lo que te rodea porque tu tarea habrá terminado. Incluso puedes mirar a las personas que te rodean, pero nada te sacudirá, nada te desviará del camino, porque habrás aprendido todas las lecciones.
Entonces, si dije al comienzo de nuestra conversación que tienes que tener coraje, entonces es este sentimiento: coraje.
Ánimo para seguir afrontando cada reto diario, cada momento que te hace sufrir, que te atormenta muchas veces porque no ves salida, no ves solución. Y te digo: la salida existe, la solución existe. Y os recuerdo una vez más que hay que mirar todo con amor, con mucho amor, para que aparezcan estas salidas y soluciones.
Entonces las soluciones vendrán como por arte de magia y mirarás este problema, este desafío de ahora en adelante sin comprometerte con él. Porque ya lo entendiste y lo transformaste en amor, ya no te sacudirá y ya no te afectará.
El coraje ahora es cambiarte a ti mismo, cambiar la forma en que ves las cosas. No es un paso fácil, pero se necesita coraje para cambiar y decirte a ti mismo: «Esto no es mío. Esto no es mío.
Así que lo dejo, lo guardo y le devuelvo la energía a quien me la envió». .” .Esta energía es de él o ella, no es mía. Y devuélvele esta energía con luz, con mucha luz.
La energía te llegó, tocó a tu puerta, tuviste que abrir, estás desequilibrado, de tu camino florido saliste a abrir la puerta a esta energía.
Luego te preguntas: «¿Necesito lidiar con esta energía? ¿Necesito hacer algo?» Si es así, entonces hazlo con amor y luz.
No, la energía no depende de que actúes. Acaba de tocar a tu puerta, así que la mirarás, la llenarás de luz y la devolverás:
«Esta energía no es mía. Se la devuelvo con mucha luz a quien me la envió. Esto no es cómo se convertirá esta energía permanecerá dentro de ti y no te inquietarás porque algo se haya quitado de tu camino que no te pertenece.
Y te puedo asegurar que el 90% de las veces sucede. Estás siendo influenciado por energías que no son tuyas, que tú no creaste. Pero he aquí un punto interesante: tú no creaste esta energía, tú la atrajiste, porque cuando llegó a tu puerta, cuando llamó a tu puerta, tú la llamaste de alguna manera. Puede que no entiendas cómo o cuándo vino, pero la llamaste.
Ahora ha llegado el momento en que debes aprender a devolver esta energía a su dueño. Pero con mucho amor y luz, de lo contrario seguirá llamando a tu puerta hasta que la mires con amor y luz.
A continuación os enseñaré una imagen muy divertida que muchos de vosotros diréis: si algo de fuera os molesta, imaginad cómo abrís una puerta y del otro lado un niño llama a vuestra puerta, sonriente y juguetón.
¿Por qué llamó a tu puerta? Porque ella era una niña.
¿Qué vas a hacer? ¿Le cierras la puerta en la cara o simplemente te ríes con ella y te parece gracioso lo que hizo? Al encontrar divertido lo que hizo, anulaste cualquier mal sentimiento que pudieras haber tenido cuando alguien llamó a la puerta. Y el niño se irá feliz
Así que no olvides reproducir esta pequeña película en tu cabeza.
Cada vez que algo se te acerque y te moleste, piensa en ello como una puerta, abre esa puerta y mira al niño y dale una linda sonrisa, ríete con él sobre la situación.
Y verás como tu cerebro poco a poco aprende así y todo lo que te llega, que no te pertenece, que viene del entorno, ya no te molesta. Porque simplemente te reirás de todo y así mantendrás tu camino casi resplandeciente y floreciente. Se desmorona por un breve momento y luego se forma de nuevo.
Pero no debemos olvidar que hay un punto en el que debes actuar, debes actuar porque es tu responsabilidad.
Entonces en este caso no hay un niño detrás de la puerta, porque es algo que es tuyo. Así que solo respira hondo, llena tu corazón de luz y pide a tu presencia divina la solución. Y os aseguro que vendrá, de tal manera que os iluminará y rápidamente podréis retomar vuestro camino.
Se necesita coraje, mis hijos e hijas, para cambiar la forma de pensar. Se necesita coraje para creer que todo esto es posible y que eres capaz de hacerlo.
Solo digo que lo pruebes, es gratis. Si no lo consigues la primera vez, inténtalo la segunda, tercera o cuarta vez, no importa; sigue intentándolo y te garantizo que algún día lo lograrás.
Por Vania Rodrigues – Anjos y Luz Terapias
https://www.anjoseluz.com/post/sananda-como-ver-os-desafios
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