PARACELS0 – 9.11.2023
Amigos y amigas que viajan con la Madre Tierra, yo soy aquel que se ha conocido popularmente con el nombre de Paracelso. A petición del Comandante Omraam visito hoy el Corazón del Fuego Blanco para haceros partícipes de mi Fuego, de mi Presencia y de mi Amor hacia todos vosotros, hacia todos los hermanos y hermanas de la Tierra y los reinos que habitan.
Ante todo acogámonos mutuamente, en la Luz de la Naturaleza y en la Luz del Espíritu Santo, que se fusionan ahora sublimando la esfera de vida de la Madre Gaia. Acojámonos de hermano a hermano, en el Corazón de Cristo, en el Corazón del Amor y la Sabiduría que nos acerca y nos hace una sola chispa.
El Fuego de mi presencia se manifiesta como un volcán, con la fuerza propulsora que saca a la Luz todo lo malo y lo malo, todo lo que duerme en la inconsciencia humana. Mi fuego hace cara a cara con todo orgullo, toda pretensión y falsedad, haciéndoles salir a la Luz del día, dirigiéndolos hacia la Verdad.
Así me manifesté, proclamando la realidad de las ciencias que estudié y presentando la visión que Cristo me dio del verdadero trabajo del médico.
El médico es sólo un conductor de la Naturaleza Viva, de las fuerzas que actúan en los cuatro elementos.
Unifiqué tanto la doctrina cristiana como las ciencias antiguas consideradas paganas como la magia, la alquimia, la astronomía o la fisiognomía con la ciencia de la medicina. Lo hice de una manera incomprensible, extraña por los que me rodeaban por aquel entonces, pero en mí quemaba el Fuego que reconoce la verdad de cada cosa y las une entre sí, para restaurar la verdadera Ciencia, la verdadera Sabiduría, la verdadera comprensión del ser humano inmerso en la Creación.
Hoy están todos llamados a recuperar la dignidad, la nobleza del ser humano. Está invitado a participar en la restauración de la Vida y del hombre como el centro de la Creación, como el mago que une todos los reinos grandes y pequeños; fusionando las energías Celestiales y las energías de la Tierra.
La Luz de la Naturaleza, de la que hablé abundantemente, es la luz que se creó dentro de la esfera de la Madre Gaia, la que emiten todos los seres vivos a nivel del aura, a nivel de todas las emanaciones, y que revelan la estructura y la causa de todo lo visible. La Luz del Espíritu Santo, de Cristo, la Luz que ha llamado ahora de 5ª dimensión que fecunda a la Madre Gaia, es la que transforma la Luz de la Naturaleza con la Nueva Luz sublimada que es el Nuevo Éter de vibración crística.
En la enseñanza alquímica tenemos las tres fuerzas principales que son el azufre, el mercurio y la sal.
Estas tres fuerzas no tienen que ver con los elementos conocidos en la Tierra, sino que se refieren a tres fuerzas primordiales.
El azufre es el principio vinculado al Fuego que arde y pulveriza las sustancias.
El mercurio es el principio vinculado al elemento acuático, lo que mantiene la circulación y la humedad de la vida.
Y el principio de la sal se refiere a la Tierra, a lo que cuaja como materia, como apoyo, como fundamento.
Estos tres principios forman los cuatro elementos: la tierra, el agua, el aire y el fuego. Para transportarlo a lo que vive hoy, el azufre, el mercurio y la sal que ahora descienden sobre la Madre Tierra llevan la información de los Nuevos Códigos, y estos códigos transforman los cuatro elementos, permitiendo su limpieza, reunificación y sublimación en el éter.
De este modo, hoy puede vivir la alquimia de la transformación total en vosotros mismos, transformándose en Oro, convirtiéndose en la Piedra Filosofal. Es así como os verano de Oro y Blanco, con la Luz Blanca y Dorada para presentaros a la Boda del Cielo y la Tierra, a la Boda del Cordero.
Interiorícese unos instantes acompañados del Éter Sublimado, con la Obra al Blanco realizada, la transformación de todos los metales inferiores en Oro. Sea valiente para pisar con sus pies el fundamento de su ser, sólo así vivirá la transformación total y el abandono real en los brazos de la Madre Divina. Acoge la Danza de los Elementos Sublimados junto con los seres de la Naturaleza: las ninfas, las ondinas, los gnomos, los elfos, los silfs, las salamandras, etc.
¡Que su Palabra se manifieste con fuerza! No tenga miedo a expresar lo que sois, y menos ahora, cuando debe levantar triunfalmente la Luz Verdadera que habita en el corazón del ser humano. La Luz que estalla dentro de usted una vez ha sublimado todos los elementos, le ilumina desde sus profundidades, esclareciendo cada célula, cada órgano; y esta Luz explota así en su exterior, como una supernova, como un sol que desborda de Luz y Calor.
El ser humano ha sido cambiado, dormido, desviado, para convertirse en la carne de cañón de las jerarquías inferiores, de todo tipo de demonios y seres elementales negativos que le han esclavizado y le han alejado de su verdadero papel como en enlace de toda la vida y todos los reinos.
Ahora es el momento para que recupere el estado del hombre original, en armonía con el reino mineral, vegetal y animal, aquel que hace bajar las bendiciones del Sol a todas las pequeñas criaturas; aquél que es digno de llevar la nobleza del Espíritu en su corazón.
Reencuéntrate con vosotros, reencuéntrate con todo lo que le rodea. La enseñanza de la Fraternidad de Luz y Amor, desde la venida de Cristo, desde la época evolutiva, ha sido reencontrar la Eternidad a través de la materia, a través de sus colores, formas e infinitas manifestaciones creado la Inteligencia Divina en su plan. La Tierra es una escuela, y aquí puede encontrar los secretos que le conducen más allá de lo que ha vivido, incluso, en ciertas esferas celestiales.
Por tanto, la enseñanza de Cristo y de la Fraternidad durante estos últimos siglos, ha sido la de la Unidad a través de la materia, y no rechazar la materia como en las antiguas enseñanzas orientales. Esto es lo que le decía el Comandante Omraam, convertir maya en a-maya, es decir, salir de la filosofía de que toda materia es una ilusión, y ver en la materia las verdades del mundo Sublime, encontrando los enlaces, las realidades que se expresan en las formas efímeras de la Naturaleza, que representan algo Divino y tienen su porqué en su experiencia. Le toca a ustedes decidir la manera de reconciliarse con ustedes mismos, con sus hermanos y todos los reinos que le rodean.
Os invito a unos instantes de serenidad, dentro del Fuego Revelador de la Verdad, para que encuentre su lugar, su emplazamiento en el interior y en el exterior de la Creación; para vivir la experiencia de la transformación total de su ser y sus células. Sólo lo experimentado es una realidad en vosotros.
Ninguna filosofía, ningún sistema de pensamiento, sea aparentemente el más liberador o el más sofisticado o sencillo, si no es vivido en la propia experiencia, le aportará ninguna libertad ni conocimiento verdadero. La liberación se vive a través de la experiencia íntima, que es especial para cada uno de ustedes.
Es el momento para vivir la fusión de todos los elementos en vosotros y todos los cuerpos sutiles con el Alma y el Espíritu Divino, convirtiéndote en una sola Unidad. Tal y como le ha dicho el Padre de Orión, reúna a todo el Creado y al Increado en un solo Amor, en una sola Realidad. Desde la Esencia Absoluta que estáis en las Aguas Primordiales hasta el pequeño animalito que os sostiene aquí en la Tierra.
Yo soy aquél que fue conocido con el nombre de Paracelso. La huella que dejé sobre la Tierra ha sido seguida por los grandes pioneros espirituales de estos últimos siglos. Y es que ningún evento exterior, ninguna técnica, ningún conocimiento, puede sustituir a la Fuerza de su Espíritu, la fuerza de la experiencia y la valentía de mirar la realidad directamente.
Ésta es la estela que dejé y que hoy también vive en vosotros. Mi Amor y mi Presencia están en permanencia acompañando a la Madre Gaia, a toda la humanidad ya todos los reinos en la transformación y alquimización de la Tierra, en la realización del Nuevo Éter que le hará entrar en el momento apropiado en la Vida Radiante de Cristo.
Reciba mi Palabra de Fuego como un estímulo para ser quien sois, para recuperar la verdadera humanidad en vosotros. Doy las gracias a todos los hermanos de la Fraternidad de Luz y Amor, a la Orden de Melquitsédec y al Comandante de los Ancianos.
Vosotros sois la Luz de la Naturaleza, sois la Luz del Espíritu Santo, sois la Luz de Cristo que ahora se revela en el mundo.
Vaya con la Paz y la Confianza, sabiendo que aquel que ha creado toda la vida, lo ha hecho con una inteligencia que sobrepasa todo lo que puede imaginar, y siempre vive en vosotros, en las ganas de vivir y la alegría silenciosa que habita en la raíz de vuestro Ser.
Transmitido por Silah Pere Sicart
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